Tres ejemplares de gorrión.
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EFE

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El cambio climático poco a poco hace desaparecer a los gorriones

Hoy es el Día Mundial del Gorrión.

Las poblaciones de gorrión común y gorrión molinero, las más vinculadas a la actividad humana, pierden efectivos desde 1998, y el gorrión alpino, habitante de las altas montañas, es el más amenazado por el cambio climático.

Así se desprende de los datos de seguimiento de la especie de SEO/BirdLife, hechos públicos hoy con motivo del Día Mundial del Gorrión, en que se pone de manifiesto la continua tendencia negativa de tres de las cinco variedades de gorrión que existen en España.

El gorrión y el hombre

El retroceso es mayor en el campo, donde, según la ONG, la despoblación rural está pasando factura al gorrión común, con un declive global de su población superior al 15 por ciento desde 1998, y al gorrión molinero, con una caída del 6 por ciento.

Ambas especies guardan una estrecha relación con la actividad humana y de hecho anidan en edificios y otras construcciones, por lo que cuando el ser humano abandona un espacio, estas aves siguen su camino, explica SEO/BirdLife en un comunicado.

Los enemigos del gorrión

La organización ecologista apunta además a otros factores como causas del retroceso de la especie en el campo, como la intensificación agrícola o el uso de pesticidas, mientras que en la ciudad sus principales amenazas son la escasez de alimento por la excesiva limpieza en las calles, la contaminación atmosférica o la ausencia de lugares de nidificación.

Conviven además los gorriones en la ciudad con otras especies, como las urracas o las cotorras, con las que tienen que competir por la comida y el territorio y que están más adaptadas a los cambios o son menos susceptibles a las amenazas.

En el caso del gorrión alpino, propio de las cumbres montañosas donde se forman neveros, su principal amenaza es la pérdida de su hábitat por el progresivo calentamiento del planeta debido al cambio climático.

Y en cuanto a las otras dos variedades de gorrión, el chillón y el moruno, cuya dependencia de la actividad humana es menor, sus poblaciones han aumentado desde 1998 gracias a su expansión por diferentes zonas de la península.

EFE

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